BLOQUEO CONTRA CUBA:

DANIA SÁNCHEZ PARRA
Servicio Especial de la AIN
En una batalla por la vida y la esperanza, los cubanos sufren el inhumano bloqueo económico impuesto por Estados Unidos, cuya carga afecta sin piedad a personas que padecen de cáncer.
Son las neoplasias hoy en día la segunda causa de muerte en el país y la primera en la provincia de Santiago de Cuba, una patología por la cual fallecieron en el 2001 cerca de 17 000 personas.
Crecen la prevalencia y con ello las necesidades de quimio y radioterapias, hasta ahora las más efectivas para curar, controlar y al menos elevar la calidad de vida de los enfermos, una vez hecho el diagnóstico clínico.
En el Hospital Oncológico santiaguero Conrado Benítez el desafío por salvar vidas es diario, desde la propia ausencia de guantes especiales, algodón e instrumentales, hasta la imposibilidad de no contar a tiempo con los citostáticos.
Es necesario dedicar cuantiosos recursos financieros para adquirir tan imprescindibles medicamentos en terceros y distantes países, aunque algunos se produzcan en los Estados Unidos.
La institución hospitalaria cuenta con modernas tecnologías tales como equipos de Braquiterapia, usado principalmente en la terapia contra el carcinoma de cuello de útero, y Theratronics, de cobaltoterapia.
Ambos fueron vendidos a Cuba por la firma canadiense MS Nordion, pero al ser comprada luego por empresas norteamericanas, se hace imposible contar con piezas de repuesto para sustituir las que se han deteriorado.
La braquiterapia es un adelanto de gran demanda y como otros tantos ejemplos no está disponible para los necesitados, por la furia desenfrenada del Gobierno norteamericano, que desde 1960 trata de exterminar a la Revolución y crear el caos interno.
Por la ausencia de aditamentos específicos en estos momentos el Oncológico santiaguero no brinda el servicio de mamografía, que garantiza la detección precoz del cáncer de mamas.
Los tratamientos contra las patologías malignas pueden prolongarse durante años en algunos casos, por lo que la carencia de terapias y medicamentos aumenta el sufrimiento del enfermo y de sus familiares, aunque también tiene efectos psicológicos en el personal médico.
No obstante, mientras la gran superpotencia imperialista persiste en el cruel bloqueo, el sistema sanitario cubano busca avanzar hacia nuevos proyectos y emerge como bandera de esperanza para el Tercer Mundo. (AIN)
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OTRA INEFICAZ ARMA POLÍTICA DEL IMPERIO
FRANCIS NORNIELLA
Servicio Especial de la AIN
Rechazada mundialmente, incluso dentro de la propia sociedad estadounidense, la política de bloqueo a Cuba obstaculiza el esfuerzo y los programas nacionales para disponer de un sistema sanitario gratuito, de cobertura universal, moderno y eficiente, que brinde a sus habitantes un elevado nivel de protección y larga expectativa de vida
1981: Estados Unidos niega a Cuba la venta de medicamentos y equipos para combatir una epidemia de dengue hemorrágico que luego se supo el propio país del Norte introdujo en la Isla.
El azote cobra muchas vidas, incluidas las de más de 100 niños. El Gobierno cubano debe adquirir en mercados lejanos los recursos negados por el imperio, los cuales le cuestan hasta 14 veces más, debido a precios superiores y las erogaciones por la transportación.
2003: Estados Unidos obstaculiza a Cuba la compra de medios diagnóstico para enfrentar la primera epidemia global desatada en el mundo en el actual milenio, el Síndrome Agudo Respiratorio Severo, que en apenas cinco meses desde su aparición en febrero de este año infestó a más de 8 000 personas en 30 naciones.
Otra vez la Mayor de las Antillas acudió a terceros para obtener, a altos precios, medios de detección del coronavirus, causante del mal.
La compra de los citostáticos, medicamentos vitales en la supervivencia de niños con cáncer, se ha visto seriamente dañada debido a que las transnacionales estadounidenses han comprado laboratorios farmacéuticos que tenían contratos con Cuba
He aquí dos de los innumerables ejemplos de daños causados al bienestar de los cubanos, sometidos por más de 40 años al bloqueo económico, comercial y financiero de Washington, recrudecido recientemente con nuevas medidas aprobadas por la Casa Blanca.
Rechazada mundialmente, incluso dentro de la propia sociedad estadounidense, esa política obstaculiza el esfuerzo y los programas nacionales para disponer de un sistema sanitario gratuito, de cobertura universal, moderno y eficiente, que brinde a sus habitantes un elevado nivel de protección y larga expectativa de vida.
Ni en situación de emergencia Cuba puede adquirir medicinas y tecnologías norteamericanas, por lo que sus médicos en ocasiones se ven imposibilitados de salvar una vida o calmar un padecimiento.
La administración de George Bush desata una verdadera cacería de brujas contra quienes establezcan o al menos intenten cualquier tipo de acercamiento con la ínsula, razón por la cual las empresas Beckman-Coulter, Dade-Behring, Abbot y Bayer no venden sus insumos de laboratorio a Cuba, algunos de estos únicos en el mundo.
¿Qué importa al mandatario norteamericano, autoproclamado campeón del libre comercio en el mundo, si son niños, embarazadas, mujeres o ancianos los más perjudicados con tales prohibiciones carentes de fundamento legal, moral y ético?.
El más reciente Informe de Cuba al Secretario General de la ONU, sobre el cumplimiento de la Resolución 57/11 de la Asamblea General de ese organismo internacional, denuncia cómo los niños con cáncer sufren sobre manera el rigor del bloqueo, al dificultarse la compra de citostáticos, medicamentos vitales en su supervivencia.
Cita el documento que las transnacionales de EE.UU. se apoderaron de los laboratorios farmacéuticos MDS Nordion's, de Canadá, suministradores de equipos de braquiaterapia.
Como resultado el país caribeño no puede adquirir por esta vía fuentes de isótopos radioactivos Ir-192 para los tratamientos antitumorales.
También se afecta el programa de transplantes a menores. La lucha por la vida de los niños que necesitan someterse a esas riesgosas intervenciones quirúrgicas, requiere en muchos casos el traslado del paciente y su acompañante a países lejanos, con alto costo financiero, además de las molestias que ocasiona a los familiares.
Sufren la criminal política los discapacitados, debido a la escasez de corticoides, antibióticos de tercera generación, antioxidantes y bolsas urinarias infantiles, de menor precio en el mercado norteamericano, totalmente vedado por ley para Cuba.
La lista de ejemplos de las nefastas consecuencias del bloqueo es tan extensa como inagotables los esfuerzos humanos y financieros de Cuba para resistir y poseer, sin embargo, altos índices de salud. (AIN)
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